viernes, 10 de febrero de 2017

Palabras prestadas #111

Os invitamos a conocer las nuevas palabras prestadas por Isabel Navarro. Tienen hasta el martes 21 de febrero, para hacer llegar vuestros poemas a la dirección: librodepalabrasprestadas@gmail.com

Antes de enviar tu poema por favor mira las bases en "¿Cómo participo?"



#107  Las Palabras son prestadas por Isabel Navarro.


*Nota: si por algún motivo no puedes oír
las palabras están al pie de la entrada.


Fotografía © Beatriz Olalde
«Nací un 10 de junio en Petrer (Alicante), cinco días antes de las primeras elecciones generales democráticas de 1977. La colección de cuenta cuentos de Salvat (rec rewind stop) me dio vocabulario y me salvó del aislamiento. La autobiografía de Isadora Duncan me dio ganas de bailar (y de tener amantes extranjeros). Por culpa de “Todos los hombres del presidente” me hice periodista. Porque soy de pueblo y mitómana, estoy felizmente hipotecada en el barrio de Lavapiés.
Siempre he escrito poemas: los primeros para darle gusto a mamá y que se los guardara en la cartera; después, para que mis ex novios se sintieran culpables y lamerme las heridas; también he escrito para ser una persona más interesante y bohemia. La verdad, nunca con placer, sino con la misma insatisfacción que me aqueja en la cocina, en el espejo, en el trabajo y en la relación conmigo misma. Hoy escribo para no ser estéril. También por ambición: la ambición de decir algo que signifique algo; el deseo de que las palabras pesen y ocupen espacio, que importen. Escribo para transformar la realidad y me lo creo. Escribo porque la vida cotidiana me abruma y el sueldo no me llega para pagar dos sesiones de psicoanálisis a la semana. Para que el mundo se me ensanche hacia dentro: para estar lejos de mí-conmigo. Contigo. Sola.
Quienes me conocen saben no cojo el teléfono o tardo siglos en contestar a los correos (a veces no lo hago jamás). Si eres un damnificado, perdóname.
Soy feminista, pero relativista. Atea, pero relativista. Madre, pero relativista. Obrera, pero relativista. Gorda también cuando adelgazo. Si eres un damnificado, perdóname.
Estudié Ciencias de la Información y me decepcioné al instante, aún así no he dejado de hacer periodismo y/o poesía ni un solo día de mi vida. Entre líneas, con lentitud, con escozor. Las veces mejores, mezcladas. Mi primer libro de poesía se llamó Las nanas que me cantó Atenea. Tenía 19 años y ganó el premio Paco Mollá, pero ahora me da un poco de vergüenza.
El segundo, Inane, obtuvo el premio el Blas de Otero de la Universidad Complutense de Madrid y es un delirio surrealista y cifrado sobre los placebos de la cocina, la bulimia y el hambre. Mucha gente no se enteró de nada, pero a los poetas suele gustarles porque es un poco del silencio y tal.
Cláusula suelo, mi último libro, trata sobre el mínimo común múltiplo, la burbuja y el amor enladrillado. Sobre todos los recibos que hay que pagar para ser una familia de clase media. Sobre la vida que está aquí y no en otra parte. Sobre cruzar la calle y parir y el bricolaje. Sobre los seres nuevos de carne y hueso que hacen que la realidad sea. Pero mejor te lo compras y lo lees. Si eres un damnificado, perdóname.»

El viernes 24 de febrero 2017 publicaremos los poemas y una nueva selección de palabras.



El premio al mejor poema será el libro Cláusula Suelo de Isabel Navarro de la editorial Huerga y Fierro

La intimidad en tiempos de crisis es el tema del segundo libro de poesía de Isabel Navarro. Un relato lírico que equipara la burbuja inmobiliaria y financiera con los primeros estadios del amor, trazando una línea vital desde el desclasamiento y la felicidad a crédito, hacia la precariedad económica y emocional.
Escrito en un tono confesional que, por momentos, se desliza hacia la prosa, Cláusula suelo trata sobre todos los recibos que hay que pagar para ser una familia de clase media. Sobre cruzar la calle y parir y el bricolaje. Sobre los seres nuevos de carne y hueso que hacen que la realidad sea. Sobre el impacto de la maternidad en el ser y en la pareja. Sobre lo difícil que es, a veces, cuidar. Sobre las derramas. Sobre la cláusula suelo, entendida como principio de realidad y como eso que nos han arrebatado, pero también como límite de la caída. Trata sobre cómo es ser muchas mujeres, o más o menos una, pero siempre escindida.


Más información sobre el libro en Huerga y Fierro




*(madre, uralita, resquicio, antelación y deseo.)

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