viernes, 19 de mayo de 2017

Palabras prestadas #118

Os invitamos a conocer las nuevas palabras prestadas por Juana Vázquez. Tienen hasta el martes 30 de mayo, para hacer llegar vuestros poemas a la dirección: librodepalabrasprestadas@gmail.com

Antes de enviar tu poema por favor mira las bases en "¿Cómo participo?"



#118  Las Palabras son prestadas por Juana Vázquez.


*Nota: si por algún motivo no puedes oír
las palabras están al pie de la entrada.

Fotografía: Charles Olsen
Juana Vázquez Marín es Doctora en Filología, Licenciada en periodismo, y catedrática de Literatura. Ha publicado diferentes ensayos: El Madrid de Carlos III, El costumbrismo español en el siglo XVIII, Zugazagoitia precursor de la novela social, San Juan de la Cruz, Las costumbres de la Ilustración, Historia literaria de España en el siglo XVIII (vv.aa.), El Quijote en clave de mujer/es (vv.aa.), y El Madrid cotidiano del siglo XVIII. Ha colaborado proyectos del C.I.C y en los suplementos culturales de Diario 16, El Mundo y ABC. Ahora escribe en El País, Cuadernos del Sur, etc. Ha publicado los poemarios, Signos de Sombra, En el confín del nombre, Nos+otros, Gramática de Luna, Escombros de los días y Tiempo de caramelos, y la antología de su poesía El viento de las espigas. También ha publicado dos novelas: Con olor a naftalina y Tú serás Virginia Woolf.


El viernes 2 de junio 2017 publicaremos los poemas y una nueva selección de palabras.



El premio al mejor poema será el libro El incendio de las horas de Juana Vázquez Marín de la editorial Huerga y Fierro

EL INCENDIO DE LAS HORAS. En El incendio de las horas Juana Vázquez Marín explora su “yo” con un afán y una intensidad magníficas. Sus escenarios repletos de cotidianidad tienden un poderoso y sugestivo nexo al lector, que es incendiado por el espíritu de búsqueda, de victorias y derrotas que la autora hace brotar de lo más hondo de su mente. El tedio, el anhelo, el aprender a despedirse, todo ello en unos versos de una enorme pericia poética en los que nada falta y, quizá incluso más importante, nada sobra. Hay, además, una excelente intuición creativa en toda la esencia de la obra, en la medida en la que, en un intento supremo por acabar con las jaulas que atoran la propia concepción del ser, Juana Vázquez Marín desdeña las máscaras exuberantes que tan a menudo revelan inseguridad para acudir al lector con su rostro vivo, llameante, reconocible, espejo de una vitalidad sensible que pisa un brumoso camino tendido hacia un futuro que tiene tanto lo malo de lo incierto como lo malo de lo predecible.




Más información sobre el libro en Huerga y Fierro




*(obligado, elementos, llueve, rojo y nunca.)

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