sábado, 25 de septiembre de 2021

Día nacional de la poesía, Nueva Zelanda, 2020

Publicamos una edición en inglés de Palabras Prestadas para los ciudadanos de Nueva Zelanda para celebrar el Día Nacional de la Poesía el 21 de agosto, 2020. Las palabras, seleccionadas del poema Las moscas de Antonio Machado, fueron: carta, infancia, mosca, golosa y soñar. Puedes encontrar la convocatoria (en inglés) en Given Words for National Poetry Day 2020.

Aquí compartimos los dos poemas ganadores traducidos al castellano por Charles Olsen y Miguel Ángel Arcas.

Enhorabuena a Stuart Airey por su poema Soy un corazón de la ballena azul y en la categoría joven enhorabuena a Sarah-Kate Simons (15 años) por su poema Ático.

Pueden encontrar los poemas en sus versiones originales en inglés aquí.





Soy un corazón de la ballena azul


En esta nueva versión de mí me estoy convirtiendo
en el corazón de una ballena azul.
Me soñé como un ángel pero no era suficiente
Era un ser maravilloso, y sin embargo atrapado
como una mosca en ámbar

Se puede oír el latido del corazón de la ballena a dos millas
que es la distancia a la que quiero estar de las sonrisas ácimas
de las enfermeras
y la elección entre intubación o suplemento nutritivo

No toques la alimentación por goteo
Amigos estoy deshinchándome
Pregunto, mientras mi cremallera encuentra aire libre,
si Eva se tuvo que comer la manzana entera

Mi ángel me gusta
sumando juntos gramos y calorías,
su plumaje de pequeñas aspas

La aorta del corazón de la ballena es tan grande
como un plato llano
¿Por qué tiene la comida tanta gravedad?
La cara de mi ángel fue una carta abierta
a cada tratamiento susurrado,
a nuestros ávidos ejercicios de medianoche

Un corazón de ballena —azul— pesa igual que un león (adulto)
que es justo lo que necesitas
para una muerte hermosa

Si pudiera cambiar de lugar con mi ángel,
meter como en una manga mi infancia en la pared

Cuando una ballena se sumerge en lo más profundo su corazón
se ralentiza en la oscuridad a dos latidos por minuto
solo dos latidos para petrificarse, para hacerse mármol


Stuart Airey
Hamilton





Ático


todos los días de la infancia recogidos en fotografías sepia,
en los huecos de la tarima, mirando cómo el polvo hambriento
cae para posarse en sus caras

el tiempo ha enroscado sus bordes en los corazones enamorados
como una manera de poner el punto sobre las íes;
pequeños corazones rotos que se desbordan en las hojas
de las muchas cartas que yacen al fondo
de la desvencijada maleta, sus descoloridas pegatinas de viajes

se descascaran en virutas como las uñas de los dedos
que aprietan una boca ansiosa, y estos pequeños sueños
divertidos de las cosas se arremolinan como las polillas de las pilas
de ropa que se ha quedado pequeña e inundan el aire con su polvo de alas
convirtiendo el aroma mohoso de las cosas olvidadas en un fantasma

de lirio del valle; la tapa del clavecín —pegada contra
la casa de muñecas rota— está abierta sobre la caja de la costura,
y en las tinieblas de la memoria hay una canción trepando de puntillas por el teclado
—o es solo el moscardón que rasca sus alas
contra el cristal con el lloriqueo del que quiere liberarse—.


Sarah-Kate Simons, (15 años)
Canterbury



Poetas



Stuart Airey escribe poesía como terapia o quizás por otros motivos más sorprendentes. Ha sido finalista del premio Sarah Broom y finalista del Julia Darling Memorial Prize. Está publicado en el Molotov Cocktail Journal (un relato corto) y quedó en tercer lugar en el Shadow Poetry Award. Se ha interesado por la performance multimedia de poesía y aspira a ser pianista de jazz. Su poema para Given Words es un intento honesto de entrar en los pensamientos de las personas que sufren de anorexia, además de llegar a un público más amplio.


Sarah-Kate Simons es de la zona rural de Canterbury, en Nueva Zelanda, y tiene 15 años. Educada en su casa, trabaja como voluntaria en la reserva natural de la región donde pasea a las llamas. Le encanta ir de vacaciones, de senderismo y en bicicleta con su familia, y prueba suerte con todo tipo de artes y artesanías. También tiene una cachorra muy traviesa llamada Missy.
Sarah-Kate come, respira y sueña con la escritura en todas sus facetas: poesía, ficción breve, relatos cortos y novelas. A menudo la puedes sorprender hablando al aire mientras intenta solucionar viajes en el tiempo para su nueva novela o escudriñando rincones y recovecos en busca de su próximo poema.