Premio al mejor poema seleccionado por la editorial Cuadernos del Vigía. Enhorabuena a Gabriel Merino quién recibirá el libro folclore íntimo de valter hugo mãe de la editorial Vaso Roto
A continuación publicamos los poemas escritos a partir de las palabras prestadas:
arroja, gaita, maulla, trompeta y violín.
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Concierto barroco
“El profeta Daniel, ése que tanto había aprendido en Caldea, habló de una orquesta de cobres, salterio, cítara, arpas y sambucos que mucho debió parecerse a ésta”–pensó Filomeno. Pero ahora reventaban todos, tras de la trompeta de Louis Armstrong…” (Alejo Carpentier.–“Concierto barroco”)
–“¡Dejémonos de gaitas!”–
bramaban desde el atrio y el trascoro
los maestros cantores Jorge Federico y el preste Antonio
arrojando a los aires entre gárgolas las partituras
de las cuatro estaciones y la ópera del Motezuma, mientras
se imponía la brass band de Satchmo atacando
el “Go Down Moses”.
El negro Filomeno tocaba con sus bongos
un compás de tres por cuatro que evocaba
el vals de la bella durmiente.
Sonaban glissandos de didgeridoos que aúllan, graves
como altas chimeneas de fábricas abandonadas;
theremines que maúllan, eléctricos
como el día en que Nikola Tesla descubrió el sonido
de la bobina; arpas de boca, pífanos, sistros, moogs
y mellotrones,
trompas, trompetas –sin o con sordina: le jazz hot–,
violas da gamba, violines, 2 Cellos y violadores del verso.
–“¡Sacrilegio!”– clamaban los barrocos ante la banqueta
de su clave bien temperado.
Y el son del negro marcaba el ritmo:
“Calabasón-son-son”
–sensemayá, ¡a Cuba, a Cuba, a Cuba iré!-…
Mientras el eco de los maestros polifónicos repetía
–coda– desde Nüremberg y Viena:
–“¡Kábala Sum Sum Sum!”
Kyrie Eleison.
Son. Son.
Gabriel Merino
Madrid, España
Madrid, España
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Mis palabras no respiran.
Habitan en la piel otoñal de los naranjos
donde la voz del poeta plañe
como una gaita que olvidó el sabor del vino dulce.
Maúlla el viento llamando a la batalla
pero no hay manos que sepan luchar,
solo quedan dedos aferrados a una trompeta.
En la vibración de tus labios
se concentra el silencio.
Rompe el sueño profundo de la piedra tu boca,
y la mía arroja palabras como rayos sobre la corteza del naranjo.
Digo que te amo.
Y el sol toca tenue cada puerta de ébano de mi garganta,
de este viejo violín cansado de afinar sigilos.
Nada, ni siquiera el arroyo inmóvil,
desobedece a la ternura.
Estoy esperando tu canto.
Keka Conesa
Sevilla, España
Sevilla, España
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La cuestión del auto-relato
La aventura de su vida
Círculo de narraciones
Los siete pasos iguales
Diferentes circunstancias.
Se arroja primero al agua
Introspección de sus miedos
En presidio visceral
Melodía del violín.
Vence si se auto-convence
El movimiento adecuado
Mirada de lo elevado
Rosa en cofre laberíntico.
Luego maúlla el felino
La trompeta nuevo susto
Conmoción con la visión
Trueno en sutil infra-mundo.
Estadio cuarto del cuento
La reflexiva sustancia
Madera esponja con viento
Libro nuevo por potencia.
Termina agotado el índice
Suenan los tambores rojos
Pasionales decisiones
Sencilla intuición vivida
Creativa obra creada
Cuadro de lucha y sudor
Riega con juvenil sangre
Tierra del valle acolchado
Séptima celebración
Danza a que invita la gaita
Éxtasis lúdico instintivo
Nueva aventura en la vida.
❆ ❆ ❆
nana desordenada de trompeta
y detrás del quicio de tu garganta
las sombras intermitentes de tus despertares
reloj arrojando las horas que ya no existen
el café hirviendo otra vez otra en los violines
tantas toallas empapadas de incertidumbre
todos estos miedos desordenando la casa
trompetas mi nueva forma de amor que eres tú
abrazarte tu respiración veintitrés horas
tus versos bailando en mis dedos tu nana nana
las estrellas que te maúllan versos tu nombre
el viento de la gaita que te mece las nubes
amamantar tu llanto y vivir en ti y
❆ ❆ ❆
Canto y con mi canto ahuyento…
La noche cae y apenas he vivido
se abre la luna y sigo sin vivir
qué hay de los poetas que renacen con ella
que aúllan su salida
vistiendo de gala
sueñan y en su sueño
sin esperar el día suena un violín
Cae mi noche en la certidumbre
agria certidumbre
y todo me arroja a algún infierno
los hay de colores
elijo el verde
me recuerda un campo sin fin
en la hierba mojada
no asoman mis pies
hay un toque de trompeta
anuncia la Apocalipsis
muero por una gaita antes que por una trompeta
viví en Escocia…
Marian Orruño
Bilbao, España
Bilbao, España
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Estrellas distantes
Arroja
Aloha
Aloja
Tu corazón en un hueso.
Maulla
Hulla
Tuya
Es la ranura del Universo.
Trompeta
Penetra
Enhebra
Cortinas rasgadas por el sueño.
Violín
Molino
Ogino, método de repoblación
Fidedigno.
Gaita
Ahíta
Sunita
La Paz sea contigo.
En el Multi-Verso
mil poemas valen tanto
como un gruñido.
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Ángeles caídos
Expulsados del paraíso,
nos sabremos frágiles, al fin mortales,
nuestra carne se curtirá con los días
y nuestras alas quedarán desnudas
como astas gigantes de un venado.
Una trompeta anunciará nuestro destierro,
nos arrojará al mundo,
a la espiral flamígera de la incertidumbre.
Sabremos, entonces,
de la melancolía,
como un violín maullando
al borde de la memoria.
Hombres debatiéndose,
presas del contrasentido,
luchando con el llanto
en los días aciagos,
donde una gaita lejana,
arrastrará el recuerdo
de la inmortalidad perdida.
Carmen Hernández Montalbán
Guadix, Granada, España
Guadix, Granada, España
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Escuchar con atención
que vienen templando gaitas,
para dejarnos contentos,
no caer en desaliento,
por mucho que desafinen
los maullidos del minino
siempre sonaron así,
pero, compensar podemos,
cual si fuera un serafín,
quienes afinan con primor
las cuerdas de un violín,
ó, sin pretender ser ascetas,
nos prometen dulces sueños
al sonar de sus trompetas.
Música y fanfarria hoy,
y sin poder disimular,
mejor el producir ruido,
que conciencias acallar
para parecer humanos
todavía con franqueza,
no, como aquel aldeano,
que, cual si fuera villano,
arroja siempre su piedra,
esconde presto la mano,
sin demostrar su llaneza,
sus intenciones opacas,
que nos traigan de cabeza.
Hortensia Ayuso Oliva
Torremocha de Jarama, Madrid, España
Torremocha de Jarama, Madrid, España
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Musical
Por la ventana arrojas
la gaita que no dominas
y el gato que se lastima
maúlla, siempre lo enojas.
A tu padre le destrozan
los ritmos que te fascinan
no disfruta, le da grima
tanto ruido, acongoja.
Los sones de un buen violín
si que da gusto escuchar,
pero en tus manos ese fin…
Nunca lo vas a lograr
tampoco podrás conseguir
¡con la trompeta gustar!.
Carmen Barrios Rull
Leganés, Madrid, España
Leganés, Madrid, España
❆ ❆ ❆
Notas
En la teja
maúlla el gato
que con violín
llama la orquesta
del zodiaco.
Que con trompeta
llama las estrellas
que arrojan
castañuelas
de luz.
Y el sol toca
la gaita y
la montaña
responde con
un acordeón
de mariposas
que abren
el día
con el canto
que la luna
arrulla
para ver la
noche
iluminada.
Y un soplo
de nieve
cubre
el muñeco blanco
que sonríe
con un arco
de notas
que recoge
el gato
andariego.
Martha del Pilar
Italia
Italia
❆ ❆ ❆
Ningún gato
maulla
como un bebé roto
caja torácica de violín
muñeco de huesos
arrojados a la vida.
Gaitas decompasadas
gimen
la nana de la muerte niña.
No hay música
que cubra el llanto
de los bebés muertos.
Lo último que escucharé
será el lamento
de una trompeta
al quebrarse.
Pon
Madrid, España
Madrid, España
❆ ❆ ❆
NOCTURNO
Leve temblor en la penumbra
roza mis pies. Los mece y besa,
y se retira reverente.
Como algodón. Como franela.
No se apresura en resolver
eso que ansía su presencia,
por los temores de arrojar
al viento siglos de quimeras,
dejando huecos en la noche
a viejas gaitas pasajeras…
Traza, del sol crepuscular,
-párpados mudos en la arena-,
breve murmullo reposado
de mar, de piel, de fina esencia,
porque desea deshacer
-son de violines y trompetas-,
esa coraza de metal
que me cobija.
Traquetea
melancolía de cristales
amortiguados entre telas,
y, en un revuelo de negruras
amordazadas de sed seca…,
llega la calma.
Su deseo
siempre a mi lado lo celebra,
apacible, mientras maúlla
y en mi regazo ronronea.
Pedro Bernal
Madrid, España
Madrid, España
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Un hombre en la noche
Puntual la luna deposita el beso
sobre el tejado de la ciudad rota
se llenan de silencio gota a gota
las avenidas patria del exceso.
Un hombre bajo las luces camina
con un abrigo de pieles marrones
mira a mujeres que tras los botones
esconden una rosa y mil espinas.
Un gato negro solitario reza
a su estómago vacío y escapa
por la alambre anárquica de los mapas
el hombre pierde entonces su nobleza.
¿Quién es él para mirar a mujeres
si su deseo torpe no es negocio?
Nunca jamás podría ser el socio
de ese amor iracundo que no quiere.
¿Quién es la noche para amparar necias
verdades sobre dudas y mentiras?
¿Qué azar arroja a la fe que respira
la contaminación que no desprecia?
El hombre huye del violín de la luna
con la música de la desvergüenza
y el gato hambriento entonces comienza
a maullar la canción inoportuna.
Rasgan trompetas la oscuridad vana
y el hombre es un soplagaitas, un tonto,
que deseaba recogerse más pronto
y ver el mundo tras una ventana.
Las mujeres recuperan sus almas
los gatos comen voraces las sobras
el sol comienza puntual sus maniobras
y la ciudad recupera su calma.
❆ ❆ ❆
En el interior habita un silencio
donde escondo violines adolescentes,
asustados huérfanos de la voz del hombre,
y un dolor ciego, como maullido de mudo
o lágrima de reo que en su último deseo,
brinda a su amor un solo de trompeta.
Quisiera no haber sido tocado,
no ser yo el que tiembla
entre tus fauces de acero,
quisiera no ser el espectador asustado
que duda en arrojar la certera piedra
que te ahuyente.
En este miedo, hay universos de gaitas
que castigan el cuerpo con punzones.
Todo corazón deja de bailar
y se esconde en el vacío
de la no salida.
No podría vencer
el impasible sable del adiós,
me quedaré tumbado frente al mar
esperando que una ola
me invite a ser espuma
y después de tu disparo,
ser únicamente carencia.
Suso Torriente
Madrid, España
Madrid, España
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El violín no es la tristeza,
ni el corno la nostalgia,
La trompeta no es enojo,
ni el oboe la soledad.
La gaita no es el llanto
que desborda mi memoria.
Es tu ausencia que me arroja
a maullar todas las noches.
Mariana Centurión de la Cueva
Cd. de México, México
Cd. de México, México
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Ven (O una incitación que lleve a los sonidos que te apaguen)
¿Ya no escuchas esos sones
en el aire tan calmado de esta triste compañía
que es la vida?
¿No distingues cual trompeta enaltecida
los sonidos de los vientos
que te arrastran por momentos al clamor de los vacíos?
Pronto llegará la tarde y sus sonidos lánguidos que abracen. En el fondo,
todos estos años han supuesto una larga tarde oscurecida,
un ocaso inútil que maúlla desde el gato Felis de los cielos.
Había sonado triste aquella nota sostenida del maullido,
de los silbos ululados por la tarde que termina.
Ven, protégete conmigo en la cobarde compañía del destino
cada vez que pasen ratos escondidos en esa eternidad que arroja
sus migajas a los seres que no saben de su sino.
Ven, redúcete conmigo y no hagas muchas concesiones
al sonar de los violines y los coros celestiales
que imagines. Más bien siente que es la gaita
de los días infelices que te vencen y chirrían.
Ven, tomaremos juntos una dosis de quietud que reconforte
nuestras ansias de dormir eternamente.
Ven, siente el aire sin trompetas ni clarines,
nota cómo nos percute en nuestras sienes el instante tan postrero
que nos silba ya la muerte.
❆ ❆ ❆
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