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#89 Las Palabras son prestadas por Coriolano González.
isla
marea
medianías
playa
memoria
marea
medianías
playa
memoria
Coriolano González Montañez (Santa Cruz de Tenerife, 1965)
Licenciado en Filología Hispánica y profesor de Enseñanza Secundaria
Ganador de los premios de poesía "Félix Francisco Casanova" en 1984 y "Ciudad de La Laguna" en 1987, su obra de ese periodo queda antologada en el libro El viaje (poemas 1984-2000). Su obra posterior es Las montañas del frío (2005), El tiempo detenido (2006), Otra orilla (Cuadernos de Guillermo Fontes) (2008), Retorno (The dream is over) (2009), Călătoria (El viaje), (Traducción al rumano y prólogo de Eugen Dorcescu, 2010), la luz (2010) y Cuadernos y notas de viajes (1988-2009), (2011).
Figura en distintas antologías, entre las que destacan La nueva poesía canaria (Editorial Verbum. Madrid, 2001), Los transeúntes de los ecos (Antología de poesía contemporánea en Canarias) (Editorial Arte y Literatura. La Habana, 2001), Poetas de corazón japonés (Antología de autores de “El rincón del haiku) (Editorial Celya. Salamanca 2005), 55 poeţi contemporani (Compilación de Valentina Becart) (Editura Arhip Art, Sibiu, Rumania, 2010), Poesía canaria actual (A partir de 1980) (Compilación de Miguel Martinón), (Ediciones Idea, Canarias, 2010), Ανθολογία Σύγχρονης Ισπανόφωνης Ποίησης (Antología de la poesía iberoamericana contemporánea) (Atenas, 2013) y Un viejo estanque (Antología de haiku contemporáneo en español) Ed. Comares, Col. La Veleta, Granada, 2013.
Ha traducido del rumano los libros del poeta Eugen Dorcescu el camino hacia Tenerife (drumul spre tenerife) (2010) y Las elegías de Bad Hogfastein (2013)
MAÑANA EN EL BAJÍO
La cría de ballena llegó moribunda a la playa.
Desde hacía horas mostraba su aleta en la bahía
y finalmente varó en las rocas del bajío.
(¿Qué impulsa a estos animales a retornar
a la tierra en el momento de la muerte?)
La sacaron del agua y la arrastraron hasta la arena.
Tenía un corte profundo por el que salían los intestinos.
Aún respiraba cuando una pala mecánica se la llevó
quizás al vertedero, quizás a un frigorífico
para una posterior autopsia que cumpliera
con el protocolo.
En la orilla, entre cámaras y festejos,
una mujer, que había luchado para que volviera
a mar abierto, lloraba sentada.
Luego los cubos, las pelotas, los teléfonos móviles.
La playa se despobló y solo las huellas
de los enormes neumáticos permanecieron.
Hasta que subiera la marea.
La cría de ballena llegó moribunda a la playa.
Desde hacía horas mostraba su aleta en la bahía
y finalmente varó en las rocas del bajío.
(¿Qué impulsa a estos animales a retornar
a la tierra en el momento de la muerte?)
La sacaron del agua y la arrastraron hasta la arena.
Tenía un corte profundo por el que salían los intestinos.
Aún respiraba cuando una pala mecánica se la llevó
quizás al vertedero, quizás a un frigorífico
para una posterior autopsia que cumpliera
con el protocolo.
En la orilla, entre cámaras y festejos,
una mujer, que había luchado para que volviera
a mar abierto, lloraba sentada.
Luego los cubos, las pelotas, los teléfonos móviles.
La playa se despobló y solo las huellas
de los enormes neumáticos permanecieron.
Hasta que subiera la marea.
JIMI HENDRIX EN LA PLAYA DE LA PUNTILLA
En la arena, a través de los auriculares,
oigo a Jimi Hendrix en Woodstock.
De fondo el atenuado rumor de las olas.
Hay luna llena y las mareas son largas.
Poco a poco traen la arena
que el mar de invierno se llevó.
Los callaos desaparecen;
una nueva playa, un nuevo paisaje.
Me abstraigo en el horizonte limpio.
El sol cae. Quizás el rayo verde.
Mis hijos en el agua, sobre una colchoneta,
también observan y aguardan.
En el último instante una nube
impide el fenómeno.
Los niños salen temblando
y se cubren con la toalla.
Mañana.
Hear my train a’comin.
En la arena, a través de los auriculares,
oigo a Jimi Hendrix en Woodstock.
De fondo el atenuado rumor de las olas.
Hay luna llena y las mareas son largas.
Poco a poco traen la arena
que el mar de invierno se llevó.
Los callaos desaparecen;
una nueva playa, un nuevo paisaje.
Me abstraigo en el horizonte limpio.
El sol cae. Quizás el rayo verde.
Mis hijos en el agua, sobre una colchoneta,
también observan y aguardan.
En el último instante una nube
impide el fenómeno.
Los niños salen temblando
y se cubren con la toalla.
Mañana.
Hear my train a’comin.
El viernes 29 de enero 2016 publicaremos los poemas y una nueva selección de palabras.
El premio al mejor poema será el libro Más Realidad de Miguel Ángel Arcas de la editorial Pre-textos
«Escribir como quien viaja solo». Hace mucho, quizá demasiado, que el nómada talento de Miguel Ángel Arcas era un secreto en movimiento. Poeta, editor, agitador, curioso general, Arcas ha ido forjando un extraordinario corpus aforístico. En algún otro libro el autor los había denominado aforemas, neologismo que sintetizaba su fuente bifronte y su intermitente disposición versal. ¿Qué sería un aforema? Una idea que tiembla mientras piensa: «La oscuridad es un cadáver, / y no sabes de quién». Una visión que se hace sólida: «Una piedra respira por tu tacto». Una reflexión moral distraída, o amplificada, por el propio lenguaje: «Error: dolor y motor». La fusión, en definitiva, de metáfora y concepto. Más que formular dogmas, los fulgores de Más realidad desvelan los mecanismos de aquello que nos parecía cierto, observados mediante la inteligencia. Pero esa inteligencia trasciende los angostos límites de la lógica, para adentrarse en el resbaladizo territorio de la poesía. Pensar, para Arcas, pareciera ser el arte de la sospecha convertida en asombro. Revisar las ideas heredadas y lugares comunes para enfrentarlos con sus mentiras sintácticas, sus contradicciones metafóricas, sus verdades paralelas. «La verdad, como poco, lleva una doble vida». Minucioso atentado contra la rutina, poesía y pensamiento desordenan las cosas. «El viento se llevará las palabras», replica o resopla Arcas, «pero no las destruye». Leyendo estos aforismos, breve despertar literario en nuestras soñolientas letras, uno siente que sus vibrantes palabras nos reconstruyen.
MIGUEL ÁNGEL ARCAS (Granada, 1956). Es licenciado en Filología española por la Universidad de Granada.
Su primer libro de poemas, Los sueños del realista, (Fundación Miguel Hernández, 2000) obtuvo el premio Nacional de Poesía Miguel Hernández 1998. Igualmente tiene en su haber otro poemario, El baile, (Cuadernos del Vigía, 2002). Asimismo ha publicado un libro de aforismos, Aforemas, (Fundación José Manuel Lara, 2004).
Dirige la editorial Cuadernos del Vigía y desarrolla diferentes proyectos literarios.
Más información sobre el libro en Pre-textos
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