Muchas gracias a todos los que nos han enviado sus poemas con las palabras prestadas por por la escritora Cristina Morales. Te animamos a que sigas participando en la octogésima primera edición que empieza el viernes 11 de septiembre del año 2015.
Premio al mejor poema seleccionado por la editorial Cuadernos del Vigía. Enhorabuena a Carmen Hernández Montalbán quién recibirá el libro
La escuela de Wallace Stevens de Harold Bloom de la editorial
Vaso Roto
A continuación publicamos los poemas escritos a partir de las palabras prestadas:
extenuación, soledad, pluma, tapón y estera.
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VERSOS DORMIDOS
Deja la tinta un poso
de versos dormidos en el fondo,
palabras deshojadas,
a medio camino
entre la extenuación y la pluma.
Su movimiento inconexo, nos recuerda la soledad
de los amantes que nunca se encontraron.
Así queda el papel, el folio en blanco,
como una estera impoluta,
sedienta de lirismo.
Así queda el tintero
por el tapón sellado,
como un estanque oscuro
de peces melancólicos.
Carmen Hernández Montalbán
Guadix, España
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RENACIMIENTO
Quizá sea el límite
la extenuación.
La soledad de la luna
sin Mario.
El verano y su eje.
Girasoles
que trepan y sueñan
con ser pluma
habitando la belleza del aire.
No existen olimpos en los golpes.
Soy estera y tapón que impide
que la sangre sea tragedia.
Nicolás Corraliza Tejeda
Madrid, España
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Normativa veraniega
En verano toca navegar
por ocupación.
Hay que luchar contra la soledad
por recomendación.
Hacer saltar el tapón al champán
por obligación.
Tostarse bien moreno en la estera
por convención.
Y ocultar lo que diga la pluma
por discreción.
En verano toca hacer el amor,
ocultar la soledad, usar la pluma,
descorchar el tapón y sudar la estera
hasta la extenuación.
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Estrella fugaz
En soledad
noche de luna nueva.
Rendido hasta la extenuación
yace en el prado
a modo de estera.
Observa la vía láctea
rutilante
mar de luces
prisionero.
Girando la mano
pretende quitar el tapón
que las libere..........
fundirse en ellas.
Un ave nocturna
estrella fugaz
planeando sobre él
le regala
una pluma.
Carmen Lafuente
Madrid, España
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Sentada al filo de la cama,
en las horas altas de la madrugada,
intuyo tu cuerpo,
tan pequeño, dulce e ingenuo,
junto al mío dormido.
Ya no hay soledad posible,
desde que existes.
Y, sin embargo,
el miedo, atroz gigante,
pone plumas de humo
en mis labios.
Me vuelvo torpe:
la extenuación formando
anillos en mis dedos,
que no alcanzan a arrancar
el tapón que obstruye
el mecanismo correcto del mundo.
Cada día es, así,
un tapiz, una estera,
de milagros y cadenas tejida.
Francisca Prieto Martínez
Cehegín, Murcia, España
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nos da igual que la jauría
de pastores alemanes lleven
bozal
damos pedaladas hasta que
los pulmones desoyen el oxígeno
la extenuación nos salva la vida
abofetea las ganas de correr en
dirección contraria a la soledad
nos ofrecemos un tapón de agua
con la ceremonia de las manos
enguantadas en parafina y
ponemos la mesa al pájaro azul
pero
no supimos cuidarlo como Hank
lo dejamos sin plumas y su pico
está amordazado por hilos sueltos
de un capullo donde se refugian las ganas
agosto
la estera nunca evita la molesta arena húmeda
en el dorso de la mano derecha
aún quedan cuatro meses
para el nacimiento de un dios y
no sé cuántos para encerrarlo lleno
de sangre dentro de un libro polvoriento
aquel bluebird cantó una vez
la canción más triste del mundo
con el tallo de un rosal mustio
le hicimos una pequeña
corona de espinas
¿has oído de lejos
el eco de su canto alguna vez?
ahora los ladridos
han quebrado sus bozales
nada queda ya del vuelo sostenido
nunca sabremos escuchar su soledad
jorge m molinero
La Rondilla, España
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Extenuación
Cierro el tapón de la pluma.
La carta está escrita.
Me abandono a la soledad
del que nada espera.
Brillo entre esteras.
Extenuación.
V. Javier Llop Pérez
Valencia, España
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El laberinto aéreo
“Los previsibles somos aburridos”
-dijo Dédalo, sellando con cera
las juntas de las alas. Y en la estera,
con las plumas cual zurrones asidos
a la espalda, consejos repetidos:
“¡Paralelo al horizonte!: ¡espera
que atardezca!”. La juvenil sordera
de escapar fue el tapón de sus oídos
y volar libre en soledad su ruina
pues, en la extenuación de la rutina
decidió volar más alto. Su padre
gritó –no se puede ser arquitecto
de un laberinto en el aire-, y directo
cayó al mar, como plomo sin encuadre.
Gabriel Merino
Madrid, España
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No saldrá de mi pluma
Como en una estera de plumas en silencio
Recoloco las palabras que no escapan
Y en el terco suceder de los renglones
Mi temblor será un tapón de lo posible
Pues olvido sólo hallé de entre las musas.
Y aun así, no saldrá de mi pluma un vano intento
Que decore los estados descompuestos
De la soledad completa.
Así que hoy, creo que hablaré ante ti,
A tu lado, que era esquina de mi olvido
Y se fracturó en la espera.
A tu lado, hasta que en el tiempo inquiera
Qué sopor se me enredó ante ti,
Sombra que eres ya de mí.
Así, intentando que me vuelvan,
Que las siga y que las siga
Y en la dura extenuación me quieran,
Aunque musas ellas fueran y secaran su ambrosía
Cuando yo intentaba asirlas.
No querré que derramen esta tinta
Si en mi cielo no estás tú,
Tú que cubres mi pasión.
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La soledad, eligió vivir entre insectos, polvo y ácaros.
Oculta, bajo la estera circular que hay en la buhardilla
(lugar idílico para sus moradores),
sobre la que intencionadamente, derrama,
el perfume sin tapón de los nombres que ya no pronuncia y
la tinta de la pluma con que los escribió tantas veces.
¿Porqué en el edificio, se empecinan los vecinos
en que airee y limpie el lugar?
Pregunta, hasta la extenuación, pregunta.
Txema Anguera
Barcelona, España
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Este tapón
Este tapón de mi pluma
tiene dorados destellos
cuando escribo, lucen bellos
los grafismos y me abruma.
Porque con tanta frescura
se desliza entre las manos,
que es como si de un hado
brotara rauda escritura.
La soledad se evapora,
extenuación no diría
que en los trazos surgiría.
Es, como sol en la aurora
cuán grata su compañía…
¡pluma que escribe poesía!.
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PRESENCIA
Te tengo presente en un aquí y ahora
barajando recuerdos en juego solitario
y solo gano, por más que me huyan, despavoridas,
reseñas del tiempo y del espacio.
En frenético baile de un musical silencio,
agarrada a tus manos de nube,
ya no barro miserias hacia debajo de la estera.
Zarandeo mi alma para sacudir
el tapón opaco incrustado a cualquier prejuicio.
Amparada en dulce soledad que me acerca a tu ausencia
renaces en mi y contigo todos nuestros deseos,
de amar y vivir, de llorar y reír
de sufrir y luchar hasta la extenuación, hasta morir.
Blandiendo una pluma en vez de espada,
cabalgando juntos el corcel de las derrotas,
lograremos eterno descanso
y salpicados de pétalos y de hojas secas,
humedecidos por la lluvia, el rocío y la nieve
procrearemos todos los veranos.
Celia Naval Naval
Barcelona, España
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A ESCONDIDAS
Caigo ante ti
como árbol que se desploma
porque la soledad me abraza
y oprime
mi alma hasta la extenuación.
Nos hemos conocido en un tiempo
equivocado.
Hemos perdido todas las apuestas.
No hay garantías para un “nosotros”.
Es tanto el amor que me sobra
que se pierde como agua
en una pila sin tapón.
Nuestras miradas no se entienden
fuera de este calor que nos abrasa.
Tumbada sobre la estera,
deseo tu cuerpo
y anhelo fundirme contigo
sin misticismos ni utopías.
Así de desnuda, vital y tuya,
trato de que mi pluma exprese
este torbellino entre tanto vacío.
Pero la tinta cae a su antojo,
sin rumbo fijo,
como astro en el firmamento.
Solo tú y yo sabemos
de esta tensión que nos envuelve.
Ya nada puedo hacer
más que amarte a escondidas.
Ya nada puedes hacer
más que soñarme.
María Carvajal
Cáceres, España
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Transcurre su vida pensando
casi hasta la extenuación
cómo atesorar riquezas,
sin darse siquiera cuenta
de lo absurdo de su empeño;
que su vida no se prolonga
ni un minuto más ni menos
de lo que el destino quiera…
Tomo mi pluma y escribo
con ilusión y esperanza
en la sociedad, que un día
no muy lejano se encuentre
destapando y quitándole
el tapón a tanta injusticia,
llenando nuestra “botella”,
solidaria, pronta y justa
de igualdad sobre la tierra.
Nos encontramos con ejemplos
buenos, como Vicente Ferrer,
y, rompiendo la soledad,
trabajemos, ya que el mundo,
si unidos permanecemos,
permite que nuestra mirada
sea clara y transparente
como refleja un espejo.
Hortensia Ayuso Oliva
Torremocha de Jarama, Madrid, España
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Luna extenuada
En las esteras de las
flores de primavera mi
luna esta extenuada
y la soledad salpica
como una estrella
que alumbra pero que
la pluma la descubre
destapando el tapón
donde sale un rayo de
sol que es radiante
en mi áurea y que ilumina
esperando tu abrazo
que culmina mi larga espera
de verte en mi raíz de vida
donde revivo como
un lucero de luz
que alcanza tu alma
que se une a la mía
en un barco en vela
en altamar
que sopla área
de unión.
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“amor mío…”
Te conozco y no…
Eres lo que nunca soñé
Soledad y congoja
El desacierto de una noche de verano
De aquel verano; recuerda…
El sol pegaba de plano
La estera, la playa, tu cuerpo y el mío
Qué poder hacer con dos cuerpos desnudos
Amarlos?
Sexo, más bien…, cariño
Y cayó la noche
Cogiéndonos debajo
Y con la luna alumbrando y una pluma de gaviota
Escribiste en la arena un te quiero forzado
Una falacia cualquiera…
Y se hizo perpetua la noche
Sin quererlo, se hizo aquella noche eterna
Por las infinitas noches perpetuas de mi vida
Y hasta la extenuación te digo ahora: no te quiero amor mío
Y tú me dices que no oigo
Que hace tiempo quedé sorda
Es un tapón en cada oreja cariño, le digo
Un tapón en cada oído y, por magia, dejo de oír tu voz, amor mío…
Marian Orruño
Bilbao, Vizcaya, España
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De paso
Estoy extenuada
Me tiro sobre la estera de mi balcón
sintiendo una especie de tapón
y la soledad me invade.
Veo una pluma a lo lejos
un ángel bajo a visitarme
el universo es tan grande
y la soledad me invade.
Valeria B Zarama
Colombia / España
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Prometiste una estera voladora más veloz que
una lágrima. Y, en la espera, recolecté dulces calabazas.
Llega el otoño y no siento la dureza de su esparto en
mi espalda.
Reposo en un lecho de algas.
Hasta mis pies arrastra la corriente promesas embotelladas.
No estoy acostumbrada a la esperanza pero lamo la huella
dactilar de sus tapones, viejos de añoranza.
Hallo quietud en lo inseguro.
Viajo en tus poemas que me recuerdan tanto a mi alma,
danzo sobre los zapatos perdidos de tu tardanza y
rezo hasta la extenuación para que ahogues en mi vaso
las soledades y las trampas.
Mis dedos son firmes plumas blancas.
No hay virazón que los agite ni brisa ártica que arrecie
su tacto cuando habitan las curvas de tus "mañana".
Keka Conesa
Sevilla, España
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Desde la líquida
soledad
de quien sabe
que no es tuya la boca
con mi nombre calcado,
fabricando tapones
de trapo y gasolina,
lanzo la llama al aire
donde plumas sin pájaros
dibujan, oleosas,
esta anorexia eterna
de noches y de brazos;
mas se apaga en la estera
de esparto destrenzado,
espejo sin azogue
que atraviesa mi aullido.
Desde este hambre
insaciable
y esta sed
sin remedio,
abrazo cada noche, hasta la extenuación, el vacío.
Pon
Madrid, España
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¿Qué extenuación me ancla
en esta soledad temprana?
Quizá un tapón de miedos,
quizá una estera de plumas....
Maria del Mar Lozano Perez
Valladolid, España
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Lobos urbanos
Nuestro letargo
es un hueco de árbol
Inhabitado;
un corazón chimenea
sin brasa;
una boca desagüe
sin su tapón de escape.
Nuestra soledad se refugia
en este siglo sin besos,
en la extenuación
de tanto vacío,
dormitando en esteras
sin plumas ni almas,
acallando los relojes.
Un tiempo deshojado y estéril
como un portazo súbito.
Suso Torriente
Madrid, España
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Escribo hasta la extenuación desde mi apartada soledad.
enviándote mi voz atrapada en la cuartilla
tiñendo los latidos que mi mano
ha arañado rasgo a rasgo con la pluma.
No he parado de escribirte,
tú no llegas a escucharme,
esos tapones que ensordecen
tus oídos a mis súplicas,
esa indiferencia tan temida arrecia en mis ojos el llanto.
No omitas mi nombre,
no ignores mi historia,
que te duela como a mí
por haber perdido tanto.
Antes preferiría ser tu estera
si a los pies de tu cama me tuvieras.
Mª Jesús Robles
Madrid, España
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Ando siempre en el filo,
al juego con la pluma,
entre aplauso y olvido
transitando horizontal
y francamente
sobre esa cuerda floja
que llamamos “cultura”
a la que una minoría
privilegiada y limpia
acaudalada y simple
de confusos valores
y bonitas teorías
acotada y elitista
empobrecidamente rica,
deforma en vertical
y jerarquiza…
vamos saliendo al paso
que no lleva al encuentro,
con almas desatentas
inmóviles, secretas,
aletargadas, huecas,
sombrías y en silencio,
pesadas y aburridas,
de una brutal tristeza,
entristecidas…
ocultas en bayones de estera
que al roce van quemando
aquella,
nuestra fibra,
carnosa, espontánea y esponjosa
Se me hace duro el trago
dentro de esta botella
que no quiere tapón,
tampoco ser moderna
no se vende al color,
la forma,
o supuesta belleza.
que no busca un estante
donde, estática e inerte,
ser expuesta…
Moldeo sus paredes,
empujo, desarraigo,
deformo, desbarato,
me empeño en este esfuerzo
políticamente impropio,
desacorde
e incorrecto…
Me agoto, me derrumbo,
transito en soledad
hacia la extenuación
para no diluirme
en la botella…
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Hay días de silencio
de extenuación indiferente
donde cubres de sal la arena
y esa soledad de cristal
la llevas al horizonte
todo se llena de mar
te ahogas
no sabes por donde salir
las esteras de nubes
te empujan al infinito
te corrompes
te toca contar hasta diez
o hasta lo que haga falta
quieres respirar aliento nuevo
ponerte un tapón invisible
en la gruta del silencio
para escuchar ese sonido
el del viento
te gustaría mudar de piel
como muda la pluma un canario
te gustaría
volver a vivir
❆ ❆ ❆
TU
Quien pudiera saber
lo que sientes, quien
pudiera entrar en
tu mente, en tu alma
quien pudiera saber
tu verdad.
Quien pudiera contarte
de esta angustia
en la que me hundo
sin remedio.
Mi pluma, antes fecunda
llena de vida y de color
se ha secado ante tu
ensordecedora insensibilidad
y tu habitual desprecio.
Mi corazón, extenuado
de palpitar por un imposible
se ha envuelto en una estera
de dolor, en un manto
de desesperanza.
Tu indiferencia es
como un tapón que
no deja escapar mi soledad,
que me tiene atrapada, que
me tiene presa.
Tu, siempre tu,
no puede ser de otra manera.
Eres mi destino, eres mi final,
Eres tu.
Flor Claramunt
Panamá, República de Panamá
❆ ❆ ❆
pluma que desvaría en el vuelo hasta la extenuación
y trae
esta soledad antigua:
en el desierto, sobre una estera, descansa el ave herida
y es tu palabra un tapón para la sangre que brota
de un lugar
demasiado
profundo
❆ ❆ ❆
Hoy, Ayer…mañana…
Sentada en la estera de la vida
al borde de la extenuación
de tanta información
de tanta pena y dolor
solo quiero soledad
para poner mi pluma a funcionar.
Un alma intransigente
con el dolor de aquellos
que habitan en mi tintero
tiene mi pluma.
Levantaré el tapón de ese tintero
y su tinta azul se tornara carmín de indignación.
Correrá esta vez por el papel
para escribir el dolor cansado
de todos aquellos que dejan
su casa …sus sueños…
para ir al lugar equivocado.
Cristina Eme
Zaragoza, España
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Enrojece hasta la extenuación
un sol que sangra y que se hunde
cielo y mar jaspeados de fuego
cirros de plumas entreverados
soledades sin pájaros ni buques
Es hora de recoger mi estera
la olas se repliegan y se repiten
llevándose y retornando a la arena
un superfluo y ridículo tapón
Xisca Minart
Palma de Mallorca, España
❆ ❆ ❆
Majority World
Recogí mi estera sin mirarte.
Esa maldición que persigue
arrimaba la soledad a tu costado.
Estabas tan al filo como siempre.
Pluma a pluma, despojando.
¡Ay!, si el grito taponase la soledad
de tu cuerpo de pluma extenuado.
Chelo de Andrés
Plymouth, UK
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No hay polvoriento testigo de miserias techo de estera
Que pueda guarecer esta extenuación de soledad.
A través de ese techo horadado por la lluvia y el tiempo, solíamos contar estrellas, historias, retazos de nosotros.
En esta tarde sin fin, no hay tapón que encierre en mi alma
tu vacío, tu ausencia, la nada de no tenerte .
Hoy sólo tengo esta pluma con la que escribo para acercarte.
Para alejarme.
Para volver a sentir.
Silvia Molina Espejo
Lima, Perú
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La mierda flota
Mas si coloco y retiro la estera cada día
después de rezar a un alto dios oficioso,
¿de qué me sirve la pluma entonces
si el registro no tiene común uso?.
Cada tarde reniego de mi propio idioma
me cansan las jotas y las erres,
busco en el castellano antiguo
y en sus primos peninsulares
otras maneras de entender el mundo.
El poeta encuentra palabras nuevas en su pobre vocabulario,
espanta la soledad, mira dentro de sí, escarba pero sólo
halla tapón e ignorancia.
Yo no soy León Felipe ni Blas de Otero ni Gil de Biedma
y la Real Academia de la Lengua
ya da síntomas de extenuación con tanto grito
pequeño, eunuco peleado con todos...
La tecnología con sus lucecitas de colores
me remite a las grandes pantallas que un Lorca
del siglo XXI admiraría en la Times Square de ahora
donde poetas raperos con pequeñas cámaras incorporadas
a sus gorras de los NY Nicks, recitarían a los niuyoricans
porque Allen Ginsberg está pasado ya de moda
y con su aullido se lucran las revistas de tendencias
y las webs de citas y las cantantes que exponen fotos pornográficas
en lujosas galerías de arte del Soho.
No me siento capaz de igualarme a los folletos del Día o del Carrefour,
tan bien redactados que parecen literatura.
No tengo suficiente carisma para pertenecer a un club de lectura
donde no acabe peleado con una gorda con gafas,
ni creo merecer ser aceptado por alguna tendencia poética, una camarilla,
un grupo revolucionario de poetas anarquistas o una página del facebook
donde acabaré borrando a escritores que me caen mal por su sectarismo
y narcisismo, o por una coma más alta que otra.
Lo mejor de ser un maldito es el alcoholismo,
aunque eso no se lo deseo a nadie;
echo de menos a Manolo Cano, antiguo amigo, profesor de piano,
que tenía cara de ruso, que abría y cerraba todas las bodegas de Córdoba
y salía casi siempre solo pues se necesitaba a sí mismo, y a veces, ni eso.
Cuántas conversaciones con un medio de vino en la mano :
- La mierda flota, me decía, y se partía de risa.
Y él sabe donde viven mis padres, porque quizá no le haga gracia
verse citado en este poema o relato bibliotecario,
y en aquella época, hace más de 15 años, tenía ciertas tendencias "especiales"
con lo cual debo cuidarme y protegerme falseando su nombre.
Recuerdo a una poetisa con contactos en la Diputación, que una noche se tiró un sonoro pedo en nuestra presencia, y después nos sonrió con una mirada malvada.
-No sólo me cago en vosotros, sino que defeco en la poesía de todos los tiempos, a la que yo me he unido por tener una reputación y amigos en el mundillo.
No recuerdo su nombre,
y me encantaría recordarlo
para no sentirme obligado a falsear su nombre
en este arrugado folleto del Lidl.
Juan M. Santiago León
Arganda del Rey, Madrid, España
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