Muchas gracias a todos los que nos han enviado sus poemas con las palabras prestadas por los poetas y narradores en el Segundo tiempo del VII Encuentro de Futbito en Granada. Te animamos a que sigas participando en la septuagésima octava edición que empieza el viernes 22 de mayo del año 2015.
Premio al mejor poema seleccionado por la editorial Cuadernos del Vigía. Enhorabuena a Nicolás Corraliza quién recibirá el libro
La llave de la jaula de Ouka Leele de la editorial
Huerga y Fierro
A continuación publicamos los poemas escritos a partir de las palabras prestadas:
salir, cielo, risa, faltriquera y luz.
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ELECCIONES
El cielo se inclina
sobre la cátedra de la usura.
Peces extraños adictos a la red
en un mar de saqueo
del que no se puede salir.
Hay un roto en la faltriquera que avergüenza,
Iluminado por la luz mediocre del miedo.
No permitas que la náusea devore tu risa.
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Retrato –el vestidor de un rey de su tiempo
La labor del pintor y el sastre aplaca
al emperador desnudo, que espera
confundirnos de nuevo. Aligera
el bulto del bolso mientras –destaca
la coquilla sobre las calzas– saca
unos ducados de su faltriquera.
Sobre el escote del jubón, gorguera
almidonada, brillante casaca
abotonada, luciendo chapines
distintos cada día. Y los ruines
deslumbrados del ropaje y su vuelo
no advierten cómo escamotea aprisa
pernada y rapiña, muerto de risa
antes de salir a la luz del cielo.
Gabriel Merino
Madrid, España
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Ya ni palco ni bolsillo
El abuelo le llamaba faltriquera al palco
pero mi padre entendía la voz por bolsillo,
era que el viejo amaba el teatro clásico
y mi progenitor solía liarlos de picadillo.
A mí todo aquello me daba mucha risa
pero estaba en el cielo oyendo a Zorrilla
y al teatro acudía siempre muy deprisa,
ese día hacía los deberes corre que te pilla.
Un día que me ofrecieron salir a escena
una luz especial sentí en mi joven corazón
me entró la risa y mi actuación dio pena
aún así contaba en la cena la representación.
Mi padre se fue yendo en humo de cigarrillo
mi abuelo terminó como don Juan Tenorio,
ya no llaman faltriquera ni al bolso ni al cubillo
y en el teatro se oye más de un mal bodrio.
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El amigo
Guardo en mi faltriquera tu risa,
como sentencia pura de vida,
tú que pusiste luz a mis sombras,
abriste un cielo pleno de trinos.
Te vi partir sin hacer ruido,
dejando huellas en mi recuerdo,
te vi salir tal como entraste,
sin avisar, sin despedirte,
en la frente impresa la palabra amigo.
Carmen Hernández Montalbán
Guadix, Granada, España
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ayer tuve dueño, entre carne y cráneo, fósil pensamiento
-aguardaré en tu cintura,- me dijo, mientras rodaba esférico e infinito, subiendo, bajando, curvando mi pecho.
una coraza sobre la espalda, así construyó nuestra casa, para la noche, una luna enloquecida
- no hay calibre en tu pupila que aplaque el resplandor, cegaremos de amor, (ese que no tuvimos...), beberemos como dioses para librar al monstruo. Y así, ciegos de amor, lo domaremos.
Claudia Capa Cordón
Alcantud, Cuenca, España
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El triunfo
Corre..., patea....
haz de tu ilusión
la luz de tu vida terrena.
Grita, ríe, comparte.
Con tu risa vivirás
la luz de los triunfos.
Tocaras el cielo con la mano
unas veces si.
Otras caerás a los infiernos
cuando tu trabajo no veas recompensado,
pero saldrás de allí.
Aún así guardarás en tu faltriquera
tus mejores momentos
que serán tu luz
para seguir el camino.
Dentelladas azules
de cielo que vivirán en tu alma.
Cuando todo pase
¡inexorable tiempo!!
y ya tu risa no sea ruidosa
y tus gritos
sean una luz mas apagada
sacaras de tu faltriquera esos recuerdos
para alimento de tu alma.
Cristina Eme
Zaragoza, España
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Te miraba
Te miraba
A la parriza y a ti
Trepando hacia tu ventana
Uvas tinta de tu cepa
Y no claras
Dulces como tu risa
Que con luz se clareaban
Y casi las veo salir
De tanto como miraba
Tu parriza trepando al cielo
Tan cerca de tu ventana
A las dos sin atreverme miraba
Y un domingo
Justo a las doce
Al tocar de la campana
Tan chiquita que al tocar se resquebraba
Faltriquera en tu cintura
De color azul y grana
Y vestido yo de gala
Me crucé en tu camino
Donde tu pie se posaba
Nos miramos
Te miré
Y
Fui tuyo
Y
Todo sin una palabra
Marian Orruño
Bilbao, Vizcaya, España
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La Luz
La luz
de la faltriquera
estaba
llena de risas
con estrellas
que del
cielo
esconden
las constelaciones
para salir
en la noche
mientras la
luna canta
!allá van! las
estrellas
con las notas
de la tarde
que invitan
el atardecer
dejar
ver
las estrellas
fugaces.
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DESDE LA FALTRIQUERA
Desde la faltriquera recuerdo tu antiguo actuar
bajo el cielo de la penuria de tu amor.
Mas en aquí en tu tumba esperaré a que renazcas
del tan febril sueño que te aleja de mí,
pues de risa amor sólo son mis sueños vanos
por abrazarte bajo la luz de la noche si fuera falta.
Mas los verbos se confunden en mi conciencia
si tal un adolescente llorando por tus labios
sin metáforas ridículas de postrero fin
y efímeras lágrimas.
Que el Tiempo sea y pase
que aún pueda ver tu sencilla
sonrisa florecer,
o me lleve inerte abrazando tu epitafio.
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Hoy el destino
rompió tu cielo,
era un día como otro,
para ti, fue negro.
Salí a tu encuentro,
a penas un hálito de vida
a penas, un resquicio
de esperanza.
Luché por ti,
con uñas, dientes
impotencia,
y rabia..
Luché,
mientras tu luz se apagaba.
Y de nuevo, ella,
con faltriquera de Lagarterana
o con túnica y guadaña,
no lo se, no logro verla.
Solo escucho su risa,
su burla en mi cara.
Temible adversaria,
no da tregua, ni palabras.
Una vez mas, venció ella
una vez mas, lloran almas.
Verónica Velarde
Madrid, España
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Magia
En un tiempo ya lejano
en un pueblo perdido
en el páramo
el alguacil
al son de la trompeta
anuncia la visita
no por inesperada
menos deseada
de los comediantes.
En la Plaza única
y Mayor
al atardecer
comienza
el espectáculo.
A las afueras
los niños jugando
a su aire
ven salir
a una anciana
cabellos
de nieve
de un carromato.
Gritando entre risas
corren hacia ella.........
Un gesto de la maga
induce al silencio.
Ipso facto de su faltriquera
emerge un haz de luz
directo al cielo
descendiendo
sobre los rapaces
en lluvia
de caramelos.
Carmen Lafuente
Madrid, España
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Luces seráficas.
Nada perturba tanto la vida humana como la ignorancia del bien y el mal.
(Marco Tulio Cicerón)
Sé que dentro de mi
un Caín despechado pugna los huecos de la miseria
despezadando hermanos con la rabiosa mueca
de quien se pierde algo enérgico.
La vírica felonía de Pedro rodea mi estomago
en una cadena mortífera,
y millones de cadáveres fecundan
el liquido amniótico de lustros impertinentes
a un cielo ajeno.
El incrédulo dedo de Tomás
cortas esperanzas reflejo de otras heridas,
verdes, como las cejas de un prado dormitando.
Fértiles a la tentativa,
rojos estigmas de la nada abierta
semejantes al banal imperio de lo estúpido,
pugnan por salir con su faltriquera vacía.
Dentro de mi,
moran iluminados gurús
de trémulas sentencias, de vivas vendettas
filosóficas a la levedad moral de mis espantos.
Fertilizando mis terrenos en una plaga de langostas
van peinando mi alma.
La redención prometida en la yerma arena de lo inmóvil,
la risa temblorosa del miedo,
la playa anhelante de la luz encorsetada,
todos añoran ese
centímetro cúbico de cenizas de la estirpe de Adán
otorgados en los fuegos del hueso.
Y me hacen morir un poco cada día.
Me hacen creer que mis ángeles se han caído
por la zancandilla ignorante de una niña desangelada.
Vertiginosos ya andaban antes a tientas,
mucho antes de que yo naciese
a las endiabladas aguas del discernimiento.
Yo, sólo arropé sus titubeos y los hice míos,
les puse negras alas para diferenciarlos de los virtuosos,
pero amaba la desconfiada forma de posarse
en mi hombro, agasajo de dual elección.
Sus rojos harapos de trotamundos agotados
en unas calles pausadamente absortas a sus devenires,
yo amaba.
Sin ellos no seria completa.
sin ellos,
Dios no tendría que velar por mi,
y eso seria
como estar ya muerta.
Pilar Gorricho
Logroño, La rioja, España
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todos nos miraban
apenas salimos del portal
el estrépito de risas
los besos que por muchos
tuvimos que guardar en el cielo
de la boca
parecíamos ángeles borrachos
con todos los haces de luz
como sutura de nuestras muñecas
los peatones giraban la cabeza
con rabia
tanta felicidad molesta si
la faltriquera anda vacía y
no nos importa ni siquiera
que las alas estén mojadas
jorge m. molinero
La Rondilla, España
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No fue posible
Sin haberlo vivido,
de la vieja faltriquera
estudia un librillo.
En su país:
Aquel sueño no fue posible,
anularon las ilusiones,
tuvieron que salir.
Y al reclamar el cielo
su atención:
No sonríe, llora por los suyos,
por el alma de su tierra.
fueron desnudos años.
Y siguen sin contemplar
un ancho horizonte de amapolas,
que esparce luz en otro juego,
los olvidados, están allí,
son los otros.
Juliana Mallen Matarranz
Madrid, España
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"Haṭrikáyra"
En la faltriquera de mis sueños,
guardo al niño que con su risa detonaba
la luz cegadora que enviaba el cielo.
Para salir al vespertino despertar
sólo necesitaba una sola lágrima,
la que recogía su madre
con infinito cariño, después de la siesta.
Y de los alminares brotaban cantos antiguos
que solazaban a las criaturas del desierto.
Todo se ha perdido, menos tu presencia.
Primeras palabras del hombre, así es la música verdadera.
De la faltriquera de tus sueños,
saco al viejo que con su llanto desmembraba
la oscuridad aterradora que escupía el cosmos.
Para escapar de la sábana manglar,
ni siquiera jíbaros con machetes se lo impedirían
falsos hipnóticos recetados por torturadores
con ilimitada deshumanización de un sistema automático.
De la noche, un robot habla como si fuera Federico García Lorca...
Juan Manuel Santiago León
Arganda, Madrid, España
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Seré breve
porque no soy nada más que prisa,
porque llevo flores oscuras en esta faltriquera
que alguien me hizo creer que era la vida.
Porque perdí el refugio del cielo,
el color del valle en primavera,
la luz de tu risa,
y las ganas de salir de este silencio.
Suso Torriente
Madrid, España
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Si naciera de nuevo en su risa
sería su boca canal de parto, el dolor dulce letargo
y las lunas rotas suspiros de barro.
Ojalá la faltriquera de mis angustias estuviera vacía
y saliera a la luz sin temores frente a un cielo trémulo por respirar.
Si el destino descontento diera una tregua
y alfombrara de huellas caminos sin salidas
quizá el silencio cabalgaría sobre vientos de músicas y versos
para enraizar en mi mirada migratoria.
Ojalá el cuerpo desierto no fuera más escombrera de hastíos
y el amor ambulante encontrara un laberinto sin trazos de soledades.
Si pudiera creer que toda la tierra es distinta:
la muerte, los besos, las dudas...
estar vivo sería tan sólo juntar las manos sin excusas
en unos ojos en los que no habitan penumbras.
Keka Conesa
Sevilla, España
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Las risas de los niños abren el cielo
La luz esculpe colores y sombras
Nada pueden tus palabras melodiosas
Salen de una vieja faltriquera mental
Tejida con la piel desollada de un poeta
Xisca Minart
Palma de Mallorca, España
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Mira que es grande el mundo bajo el cielo
y nunca hubo espacio para mí en tu aire.
La luz artificial no era bastante
para encontrar mi risa
quemada y rota bajo tu cama.
Tus cartas de tarot nada dijeron
de un presente sin agua y con arena.
Si piensas volver tira muy lejos
la faltriquera de tu antes.
Ya no me hago trampas al solitario.
Pon
Madrid, España
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En recuerdo de la rosa*
Pierde el hombre la virtud
Y pierde luz
Si le dejan albedrío
En vez de cruz.
Recogidas almas muertas
En jardines descompuestos
Quedarán si buscan cielos
Por las viles faltriqueras
Entre sayos y cinturas
Por hallar las rosas puras,
Sin saber que ello es la espina.
Pierde el hombre la quietud
Si en su rostro extiende risa
Por las letras indebidas
Y no pena en esa guisa
Si Aristóteles conmina.
Y verá tinta en las lenguas
Al salir de entre los libros
Por poética visita.
Juzgo al hombre
Y dicto infierno
Por la falta de sentido,
Por supina su ignorancia
Si entre letras busca asueto
En el nombre de la risa
O en recuerdo de la rosa.
(*)En homenaje a “El nombre de la rosa”, de Umberto Eco, y a la película del mismo nombre de Jean Jaques Annaud.
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Homenaje a las abuelas
En una mañana hermosa
despejado el cielo azul
que luce esta primavera
y que la inunda de luz,
verla salir tan airosa
a la anciana, en el corral
oír risas infantiles
y a los niños preguntar:
¿Qué guardará hoy la abuela
con mimo en la faltriquera
que lleva bajo el delantal?
Escondidos en el saquito
unos cuantos dulces van
que preparó esta mañana
como si un “tesoro” fuera
haciéndoles “figurillas”
amasadas junto al pan.
Felices, los peques rodean
a la abuela tan querida
que no se olvida de ellos
cuando al salir de la escuela,
pronta, con ternura espera.
Hortensia Ayuso Oliva
Madrid, España
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