Bienvenidos. Muchas gracias a todos los que nos han enviado sus poemas con las palabras prestadas en la Feria del Libro de Madrid. Te animamos a que sigas participando en la sexagésima primera edición que empieza el viernes 12 de septiembre del año 2014.
Premio al mejor poema seleccionado por la editorial Cuadernos del Vigía. Enhorabuena a Jose Manuel Ponce, quién recibirá un libro de la editorial.
A continuación publicamos los poemas escritos a partir de las palabras prestadas:
amanecer, carencia, alféizar, alacena y cielo.
❆ ❆ ❆
Amor
Ahí, en el alféizar, amor, déjalo ahí.
A cielo abierto. Al abrigo de nadie.
Donde el invierno hiera con su
Frío amanecer y el ciego sol lo curta
De carencias. No temas, amor.
Y guarda el miedo y el fracaso
En la oscura alacena del olvido.
Jose Manuel Ponce
Valencia, España
❆ ❆ ❆
No es necesario morir
para bajar al cielo
o ascender al infierno.
Al amanecer
del Día de la Ausencia
vendrán a buscarte
los enviados purpúreos
para llevarte,
entre sus uñas amarillas,
hasta el umbral de piedra.
Poblando la alacena
verás tarros de cristal
vacíos. Te esperan.
No encontrarás miel,
latas de pimentón,
membrillo ni canela.
Son para tí,
guardarán tus carencias.
El miedo tirará de tus venas
arrastrándote hasta el alféizar.
No te molestes.
Sólo encontrarás sangre seca,
plumas mohosas,
piel quemada.
Desiste de ascender al infierno:
tampoco hay nada.
Pon
Madrid, España
❆ ❆ ❆
El amanecer se avecina
royendo las paredes de la casa
Me despierta la carencia
de tu aliento contra mi cuello
Nuestra vida ha pasado
como una partida de ping-pong entre críos
Me siento en el porche
El cielo sigue habitado por helicópteros
agazapados a la espera de la fractura de una rama
Una alacena puede ocultar la afonía de la carne
pero no hay quien soporte el sonido pantanoso de tu pulso
llamando cada noche
a su puerta cerrada
Desde hace meses te busco así
sentado
Quisiera decirte algo
antes de que nos pongamos aún más gordos
y nos hablemos peor
Pero sólo quedan
tus zapatos quietos sobre el alféizar
y la añoranza con la que cuelga de la cuerda
la ropa raída
Álvaro L. Vicedo Tinte
Madrid, España
❆ ❆ ❆
Es la carencia una mueca fea
una boca a la que le faltan dientes
un alfeizar sin palomas
una alacena mohosa
Es ver el amanecer del cielo
entre las vigas del techo
Xisca Minart
Palma de Mallorca, España
❆ ❆ ❆
Encuentro sorpresa
Me sorprendió verte recostada en el alfeizar del tiempo,
sin que este dejara huella trágica en tu rostro,
como si se hubiera detenido para admirarte
y adorando tu perfil no mellara esa línea.
No valoro la falta de impulso que te negó mi presencia
al descubrirme tan cerca sin contar conmigo,
sin embargo tu reacción posterior colmó mi dicha
e hizo que mi timidez me volviera tartamudo.
Mi encuentro contigo ayer,
ha sido como hurgar en la alacena de la vida
hallando en el recuerdo el cariño dormido,
desgranando los días felices vividos entonces.
El amanecer nos trajo el dulzor del momento
con el brindis unísono de las caricias,
con la confidencia propia del cómplice
que más que hablar murmura al oído terneces.
Mirar tus ojos fue como ver trocitos de cielo sin nubes,
fue sentir el palpitar de un alma limpia,
sumirse en el placer del paraíso
concentrado en el amor infinito.
❆ ❆ ❆
Eterna Cadencia
Abro las puertas del cielo,
la alacena reboza de carencias,
desde el alféizar ríe el amanecer,
en silencio la soledad reina.
❆ ❆ ❆
Exilio
Abd-Allah , desde el alféizar, aguarda el amanecer
Con delirio absorbe los aromas de la noche.
Los ojos dardos al cielo que cubre Granada.
Tierra que debe abandonar, ya sufre su carencia.
Frenético pasea por la estancia.
Sus pensamientos se funden con las filigranas de la alacena.
Despunta el alba.
Él, el último rey Ziri de Granada
parte al exilio junto a Al-Mu‘tamid ,
el rey de Sevilla la Taifa enemiga.
El circulo se ha completado.
Regresan al territorio que antaño
abandonaron sus ancestros
por la imperiosa llamada de Al-Ándalus.
Destronados por los Almorávides
acabaran sus días en Agmat.
Carmen Lafuente
Madrid, España
❆ ❆ ❆
EL ALFÉIZAR DE TUS OJOS
Me quedé prendado en el alféizar de tus ojos
Claros aquel amanecer de estufas en el cielo
Incapaz de asirme a tus carencias disolutas
Y en la alacena oscura de mi ser me dejé indolente
Las querencias que guardé.
❆ ❆ ❆
En la alacena de mi alma
aún se encuentra oculto.
En las sombras, sin beneficio alguno,
sin origen ni procedencia,
sin final ni destino.
Sobre el desgastado alfeizar,
idílico,
el gris perla de tu camisa
con los reflejos que mutilé,
arañé, destruí.
En ese universo particular,
en el que el cielo es rojo.
Ese universo sutil y difuso
que confundiendo los amaneceres y mis carencias,
me dejan vacía ante tí.
Oculta, en las sombras,
en la despensa de tu alma,
sin origen ni procedencia,
sin final ni destino.
Ana Iglesias Pintos
Vigo, Pontevedra, España
❆ ❆ ❆
EXTINCIÓN
Es una catarata de luz
en el interior de los ojos.
Entre la minúscula red de venas
estructura leve de los párpados cerrados
se cuela una catarata de luz
que envuelve al corazón y otras vísceras.
Me despierto en ese suceso amanecido.
Ella entra por la ventana,
al revés que otras la ves
del alféizar salta a la cama
vapeando nubes arrastradas
desde el paladar al cielo.
Lamiendo de la boca
me hace olvidar las carencias,
noche y también más atrás,
oscuridad en los puntos de partida.
Es una catarata de luz
en el interior de los ojos.
Llegará el temblor,
el gemido estela de un meteorito.
Como un dinosaurio fósil
la soledad se entierra a paladas
palabras de claridad, piel. Abajo.
Caerán de las alacenas
los objetos cotidianos.
El rugido efervescente
se dejará sentir en la nuca.
Hasta desvanecerse.
Marcos López Concepción
Vigo, España
❆ ❆ ❆
Deste-errado
De la alacena de mi alma
desenterré suspiros olvidados
para redescubrir la carencia
que me expulsó de tu cielo.
Sobre el alféizar de mi ventana,
sin amanecer que contemplar
comprendí muchos golpes más tarde
que el error es el pasaporte
para madurar.
❆ ❆ ❆
Elogio del balconing
Feria del Libro 2014
..y tropezó en el sol como si fuera un pájaro. (Construcción.-Chico Buarque)
Creí estar encontrando mi libertad en el filo
–una carencia de emociones– de unas vacaciones
y mi adolescencia
apoyándome, inestable, en un alféizar de aire.
Intenté alcanzar un cielo
en triple salto carpado etílico
dejando solo de testigo en la alacena
un vapor de alcohol atónito disuelto en hielo
esdrújulo.
Y, al amanecer, al pasar los barrenderos,
no lo había observado
–típico–
pero ya estaba muerto.
Gabriel Merino
Madrid, España
❆ ❆ ❆
Cierto desequilibrio. Desequilibrio cierto
Sobre el alféizar reposa el vértigo, pero ya no. Ya no. La pared sigue tan blanca y cierta como ayer, ya está amaneciendo en esta cocina repleta de silencios, sin wifi, y ni un solo gato negro restregándose por la pata de la mesa. La luz eléctrica empieza a extinguirse por las farolas, el cielo sin nubes despeja todas las carencias de estos últimos meses: de nuevo el horizonte. Hoy también saldrá el sol y los niños de la vecina irán al colegio.
La mañana en esta casa pequeña añora el sabor de la leche con cola-cao (y ese no saber que se está siendo feliz), sin embargo, el tiempo, el implacable, continúa sin descanso. Se oye caer la leche caliente sobre el tazón de los hermanos al otro lado de la pared. Mientras, aquí, la taza del Ikea vuelve a viajar a la mesa y alegra con sus roces a la alacena ordenada. La sed decide apaciguarse con el abrigo de la última taza de chai tea entre las manos. Huele la tierra y el té a comienzos del otoño, hoy podría llover, pero todavía no. Las ventanas siguen abiertas.
En esta ciudad sin nombre, sin gobierno protector, ni ley justa, no hay estudio sobre la nueva pobreza que nos comunique con palabras rotas, y a plena luz del día, que el vértigo es colectivo. Porque entonces no, la certeza de la incertidumbre y la caída de todo un pueblo no. Existe un cierto desequilibrio, un desequilibrio cierto, el temblor va en aumento. Ayer por la mañana se hizo añicos contra el suelo la taza del último chai tea, se cayó sin llegar a los labios. Ahora tan sólo sí, habita en la pequeña casa ordenada solo sí, el silencio. En la acera, bajo la ventana, un leve rastro de sangre.
❆ ❆ ❆
Amaneciendo diversa
Alféizar
En el amanecer
de tu cielo
donde
se encuentran muros
de torres con la
llave en oro
abierta pero
sin cerrar
carente pero
sin carencia
porque la telaraña prende
casas en el cielo
las rebota a tierra
y poch
he aquí un edificio
en las nubes
con alacena
porque trae
el hijo debajo del brazo
que ayuda con
lluvia de girasoles
que traen mil jardines
con futuro
con casa
o sin casa
el cielo siempre
será abierto.
Martha del Pilar
Italia
❆ ❆ ❆
poema efímero del amor eterno
duermo con mis carencias
cada noche
y al amanecer
el cielo llega hasta mi alféizar
y me cuenta historias
de cómo una estrella fugaz
dedició
un día de abril
encerrarse en una alacena
para siempre.
❆ ❆ ❆
Caer despacio, resbalando por el cielo raso
de tu paladar. Sentarme y doblar tu alféizar,
reducido a migas y sal.
Amanecer sin curvas, saber que no hay sabores
dentro de la alacena, solo ausencia, marcos de cera,
Creer que viví en tu vida un segundo, un minuto,
el tiempo justo que dura el viento.
Chelo
Madrid, España
❆ ❆ ❆
Una dulce melodía
¡Y llegó el amanecer!
La magia comenzó
¿Preparados? ¡Empezamos!
La alacena ya se abrió.
Nubes con las claras
las varillas crearán
Ras, ras, ras, el rallador,
la maraca marca el son
amarillo del limón.
Una, la harina.
Dos, levadura.
Tres, ¡aaaaazúcar!
Vueltas, vueltas, vueltas,
me sigue el gato bailando
¡Cuidado con la nata!
¡Ahí no metas la pata!
Pizquita de canela
coronando el dulce encargo.
Un alféizar que refresca
el calor del horneado.
El aroma va ascendiendo
hacia el cielo despejado.
¡Ay! carencia de esos años,
de ese tiempo añorado.
Mª Jesús Robles
Madrid, España
❆ ❆ ❆
Luces en la noche
Y podía ver a través del alféizar de mi ventana
Como el cielo iluminado por el disco brillante
Se escondía lentamente detrás de las montañas
Sin parpadear, esperando, atenta
Hasta que la ultima luz del día se evaporara en un
hermoso amanecer
Y todo se quedo en la oscuridad, en una carencia
absoluta de luz
Entonces, cuando todo se quedo en silencio
Luces brillantes comenzaron a parpadear,
volviendo a iluminar al cielo
Como una alacena de luces que podías apreciar
únicamente, cuando te atrevías a esperar.
Belén Viera
Uruguay
❆ ❆ ❆
El ultimo día.
olvidados
en la alacena de la vida
quedaron los sueños del poeta
arrastrado por la vorágine infesta
el alféizar de su ventana
testigo mudo de libertad anhelada
a su corazón ahora cansado
Hoy no le queda nada
las carencias de su alma
se volvieron sueños
esperó en vano que amaneciera
pero este era su ultimo cielo
después ...la nada.
Cristina Eme
Zaragoza, España
❆ ❆ ❆
Barrio del Albaicín
Al amanecer
la niña morena de ojos tristes
reposa su frente en el alféizar.
Afuera, un cielo luminoso,
suspiros de cante jondo
entre naranjos.
Dentro de su hogar, cálido, limpio
carencia de riquezas, oro y plata.
Una mesa pequeña, una alacena,
cuatro sillas y un cuadro de la Alhambra.
Aprendió a recitar leyendo a Lorca,
En el barrio le llaman la gitanilla poeta.
❆ ❆ ❆
El cielo de piedra guarda
un rastro de viento nordeste
y huele extrañamente a fresas
en el alféizar.
De las alacenas
de los ojos de Elena
amanecen
chispas de luz,
erosionan suavemente
en cada intento
las olas alegres
la fuerza de las carencias.
Paloma Bienert Barberán
Santander, España
❆ ❆ ❆
Se ríen las nubes en el cielo
cuando salgo cada mañana
solo.
Le gustaba escribir versos sin sentido y prosas sin comas,
y se empeñaba en rimar pan con hambre,
para distraerse de las carencias de las sábanas de hotel
y por respeto a tantos niños de África.
No sé qué pasó
con su manía de pintar acuarelas
solo los días de lluvia,
y de sonreír.
Guardaba en la alacena
solo platos rotos,
en deferencia a los poetas sin abril
y los atardeceres y amaneceres nublados.
Y aunque a los poetas les roben abril,
yo perdí noviembre
y una sinfonía de violines.
A pesar de todo,
me muero por volar
como lo hacía con ella.
Y qué putada
cuando se posa
en el alféizar
de mi sueño.
Al final no le dije
ni que la quería
ni que no la echaría de menos.
Alberto Espuny
Murcia, España
❆ ❆ ❆
Desato ese nudo que me aprieta
esa carencia de noche
esa alacena vacía
apoyo la mirada en el alfeizar
vigilo las islas perdidas
la luna esta vez, se arriesga
me siento un marino...
-¡cielo a la vista!
sólo queda
que venga el amanecer
que me sorprenda
que me acompañe
que tú seas mi amanecer
Maribel Moratilla
Zaragoza, España
❆ ❆ ❆
Caudal de Luz: Despierta
Abre cielo
la caricia carencia
del amanecer
apoyada en
los codos
sobre el alféizar, estira
por fin los brazos
y
te saca de la alacena
te desayuna con miel
te rebosa de sol
e inunDA la realidad, abierta
Vamos cielo que
la conciencia y el tacto se miran
y se sonríen
ya
el buenos días de
hoy.
Caudal de luz despierta
Comienzan los tiempos nuevos siempre sonriendo
Convencen líquidos y rotundos como cascadas
Mar i bel Valdivia Palma
Madrid, España
❆ ❆ ❆
En la mano abierta, temblorosa,
descansa la mejilla arrugada.
El codo, sobre el alféizar gris
de una ventana abierta a la noche y al tiempo.
Ella espera.
En los ojos apagados
aletean los restos de versos
aprendidos hace mucho:
Un poema
sobre un enamorado al que reclamaba la blanca muerte.
En el cielo,
luces incomprensiblemente lejanas
consuelan de cualquier carencia.
Y así es la soledad menos amarga.
Cuando asome el amanecer,
la anciana
dirigirá sus pasos lentos
hacia la alacena,
vacía ya casi,
donde aguardan,
mariposas en blanco y negro,
todos sus recuerdos.
Francisca Prieto Martínez
Cehegín, Murcia, España
❆ ❆ ❆
AMOR Y MAGNETISMO
El cielo duerme su noche eterna
y el amanecer,
se niega a sucumbir.
Una médula sombría,
ha hecho adicto al sol
y ya son visibles los anticuerpos del ocaso.
He venido a llenar de caricias tu carencia,
a beber las lágrimas del alféizar de tu mirada
y no pienso abandonar mientras respire.
Guardo en mi alacena un corazón de solenoide
dispuesto a bombear amor y magnetismo.
Nicolás Corraliza
Cáceres, España
❆ ❆ ❆
El viaje
Ya no recuerdo cómo era el amor.
No lo sé en absoluto.
De la alacena de mis habilidades
se ha descolgado torpemente
mi capacidad de amar,
dejando desordenadas las estanterías.
Rastreo sus huellas hasta el alféizar
de la ventana del salón principal
y allí miro a lo lejos en el cielo
una luna de extraño brillar.
En este amanecer al desamor
mi carencia resultaría casi cómica
si no fuera porque produce dolor.
❆ ❆ ❆
Observo, con lágrimas contenidas, la carencia del amanecer en tus bellos ojos grises.
En tu mente el cielo muere en la niebla y espesura de la memoria, que cada día pierdes.
Un viaje sin retorno hacia el final de tu existencia,
al cual asisto acurrucada a tu lado, mientras sostengo tu mano.
No me miras, ni me recuerdas, tus amados ojos se pierden en los hermosos colores de las flores que decoran nuestro alféizar, morados, amarillos y magentas.
Llenan tus pupilas de suaves luces efímeras que olvidarás en un fugaz instante.
Hierven mis ojos ante la soledad del olvido,
tiemblan mis manos al no sentir la calidez de tu mano, que antaño me acariciaba.
Tengo la alacena del alma llena de pena y tristeza
por los besos que no recuerdas,
por los te quiero que no comprendes,
por mi nombre que ni pronuncias,
por tu voz que no es la tuya,
por nuestra vida de caricias que se aleja.
Oigo pasos en la puerta y mis mejillas se llenan de color,
mientras mi boca esboza una débil sonrisa,
mi corazón se acelera en latidos alejando el peso del dolor,
son ellos, los recuerdos más bonitos de nuestro amor infinito,
nuestros hijos, nuestros amaneceres de cielos limpios y azules,
con el olor de las flores de nuestro precioso alféizar,
con la alacena del alma llena de caricias y risas sin fin.
Ángela Ceniza
España
❆ ❆ ❆
Proporción
El olvido entre tu palabra
y mis turbadoras ganas
de vaciar el amor,
la cólera, la carencia,
son como avarientas nodrizas
de una piel sin ríos.
Despejar lo profano para orar
en el alfeizar de la duda,
implorando a un Dios terrenal
o un Lucifer de barbas roídas,
y tardío amanecer
que en el desguace de la umbría
me arriende un pedazo de gloria
sin el aval de la expiación de Themis.
Que no me muestre más caminos,
que ya la mitad han sido escudriñados
y la otra mitad quizás no desee ni andarlos.
Solo, mi pedazo de gloria.
Ese que se cobija en la alacena
de la justa proporción.
Media vida caminando sobre
las barbas de un karma insulso y depravado,
mordiendo el polvo,
engullendo lodos.
dando patadas a las sombras chinescas.
La otra media, sobre el lomo
de un Othar supurando verde espera.
A los retales de la egolatría,
al vacío de las despedidas,
a las paredes de una galaxia,
a la carroñera luz de un domingo
sin campanas que suenen a condena.
A las canículas muriendo ya entre
las bifurcaciones,
ruego me oferten
mi pedazo de gloria
con la justa proporción de Nemesis.
Pilar Gorricho Del Castillo
Logroño, La Rioja, España
❆ ❆ ❆